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La convivencia en las comunidades de propietarios no siempre es fácil. A veces surgen conflictos derivados de reclamaciones vecinales, humedades, desencuentros por ruidos, problemas de morosidad, y todos aquellos conflictos derivados del roce entre vecinos. El encargado de encontrar soluciones a estas situaciones, muchas veces es el administrador de fincas, convirtiéndose en una figura clave en la mediación vecinal.
El administrador de fincas y la mediación de conflictos vecinales.
La mediación es un procedimiento de resolución de conflictos sencillo y efectivo, marcado por el Título II de la Ley de Mediación, realizado de manera voluntaria, flexible, confidencial y participativa. Es un método alternativo a los largos y costosos procedimientos judiciales. Está dirigido por un administrador de fincas que ayuda a las partes implicadas a llegar a acuerdos de forma constructiva y beneficiosa para todos, potenciando el diálogo y comunicación. De hecho, los participantes en una mesa de mediación se comprometen por escrito a mantener la confidencialidad de sus deliberaciones. El acuerdo alcanzado vincula a las partes a su cumplimiento, teniendo validez jurídica, y pudiendo elevarse a escritura pública.
La principal ventaja de que sea el administrador de fincas la figura clave encargada de la mediación vecinal, es evitar recurrir al procedimiento judicial para resolver los conflictos de la comunidad. Además de implicar un ahorro económico y de tiempo, previene que los conflictos empeoren y vayan a más. Es una forma simple y confidencial de resolver disputas, permitiendo en la mayoría de casos un mayor cumplimiento de los acuerdos. Esto es debido a que las partes interesadas son directamente las que deciden el acuerdo íntegramente con ayuda del administrador de fincas.
Es fundamental que el administrador de fincas este colegiado para garantizar a los propietarios su profesionalidad. Un administrador colegiado está debidamente formado para desempeñar su trabajo y al corriente de todas las novedades que se van sucediendo en el sector. Esto respecta tanto al marco legal que afecta a las comunidades de propietarios, como en la adquisición constante de nuevas herramientas y conocimientos que mejoren el servicio prestado a los vecinos.